Regeneración magenta
Ante nuestro I Congreso
Cerrada la campaña electoral, es el momento de afrontar un hito trascendental para el futuro de nuestro proyecto político: el próximo I Congreso de UPyD. Es, sin duda y en opinión de muchos, donde se va a decidir qué va a ser este partido; si se constituirá como uno más al uso o si, por el contrario, y en conformidad con su vocación primigenia, se configurará como la realización de otra forma de hacer política.
Estoy en el proyecto desde casi su inicio, cuando nadie pensaba que íbamos a llegar al Parlamento y cuando todavía éramos muy pocos, la mayoría novatos en política: aún no se había iniciado la llegada de compañeros (y, entre ellos, muchos ex-lo que sea, con una experiencia política previa, algo quizás bueno y malo a la vez) que propiciaría el éxito de las elecciones del 2008, por el que casi nadie apostaba. Desde mi incorporación, como tantos de nosotros, he dedicado todo el tiempo, dinero y esfuerzo que he podido, a este proyecto, que me ha devuelto a cambio una compensación muy importante: conocer a algunas personas formidables que están en política primordialmente por un deseo honrado y sincero de mejorar la vida ciudadana y combatir la extendida corrupción política.
Personalmente, y por mi aversión personal al ejercicio del poder, nunca pretendí ni acepté puesto en ninguna coordinadora, lo cual no es óbice para que aportara mi trabajo como si lo hubiera tenido. Acepté integrarme en nuestro Consejo Político nacional porque, equivocadamente, creí que sería un órgano elegido democráticamente por todos los afiliados y donde se discutiría abiertamente de política, un órgano no ejecutivo donde podría aportar y aprender. Y, sobre todo, acepté porque en Granada los representantes a dicho Consejo fuimos elegidos por votación democrática en asamblea oficial de afiliados, donde se votó una lista abierta en la que todo afiliado que quiso pudo figurar (y de hecho, sanamente, hubo más candidatos que puestos a cubrir, y todos, coordinador provincial incluido, se sometieron a votación secreta).
Sin embargo, y a pesar de que en Granada, en esos inicios, los que llevábamos el partido fuimos escrupulosos en garantizar su impecable desarrollo democrático, al crecer UPyD fue incurriendo en conductas que me han parecido inapropiadas, estándares en cualquiera de los otros partidos, pero no en el nuestro, que nació precisamente para combatirlas. Así, por ejemplo, se han impuesto mecanismos de funcionamiento no democráticos, también en los sitios donde se había logrado funcionar correctamente desde el principio y sin problema alguno; se ha llegado incluso a expedientar a algunos compañeros, con procedimientos en que no se han respetado sus derechos establecidos.
Por ello, tras el último Consejo Político del 28 de marzo, abandoné la militancia activa en el partido. Se me empujó a hacerlo, pues el haber votado a favor de las enmiendas al borrador de Reglamento oficial hizo que, fulminantemente, se me cesara en mis responsabilidades en el partido, ya que "se había perdido la confianza depositada en mí" . Y ello me confirmó que la libre crítica a la dirección, expresada en mi aportación de enmiendas al borrador oficial y mi voto favorable a ellas, como consejero político, está proscrita.
Algunos compañeros me han convencido para que, por lo menos hasta después del Congreso, no me dé de baja, pues ellos confían en que éste, soberano como debe ser, reconducirá la organización del partido y la hará democrática y eficaz.
Bien, aquí sigo. Para ese Congreso, votaré como delegados a los que apuesten por esa renovación, y los apoyaré activamente. Por eso, estoy colaborando con un grupo de compañeros que, conservando la esperanza, afrontan con energía el reto del próximo Congreso. Es un grupo transversal, en el que, afortunada y sanamente, las opiniones no son ni uniformes ni monolíticas, salvo en un objetivo común: la regeneración de UPyD, o Regeneración magenta, para conservarlo fiel a su Manifiesto Fundacional.
Podéis acceder a la web del grupo en la siguiente URL:
http://estanoeslawebdeupyd.blogspot.com,
donde publicamos el "decálogo" o Declaración de Principios que nos impulsa.
Porque nos unimos a un UPyD que nació con ese Manifiesto Fundacional, al que debemos pues remitirnos todos, pero cuyo espíritu, en nuestra opinión, se está olvidando.
Esforcémonos, unidos, en preservarlo.
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